El origen de la pandemia de Covid, uno de los acontecimientos que marcarán sin duda este siglo, suele asociarse a nombres como el de la ciudad china de Wuhan o al de los animales vivos que se comercializan en el mercado de esa localidad –el pangolín o más recientemente el perro mapache– como posibles transmisores del virus. La solución, sin embargo, está muy unida a Galicia y concretamente a Santiago de Compostela, cuna de la empresa Mestrelab, socia de BIOGA y autora de un software utilizado en todas las vacunas contra el coronavirus.
Una compañía que llega a más de 80 mercados de los cinco continentes que quiere seguir creciendo y hacerlo, además, desde su tierra de origen. Para ello, pretende abrir el año que viene un nuevo y potente centro de investigación en la capital gallega con una inversión de casi diez millones de euros, financiada parcialmente con fondos europeos instrumentalizados a través de la Axencia Galega de Innovación (GAIN), dependiente de la Xunta. El proyecto inicial contempla un mínimo de 30 nuevas contrataciones de investigadores, “aunque realmente nuestro objetivo está en llegar a entre las 100 y las 250 en los próximos cinco años”, indica el CEO de la firma, Santiago Domínguez. “Lo que vamos a hacer es más que doblar el tamaño de Mestrelab y multiplicar varias veces el departamento de I+D”, indica. El objetivo, añade, es un incremento de la competitividad “que nos permita aportar más soluciones de alto valor añadido” y, con ello, “hacer crecer la facturación de la empresa, aumentar las exportaciones y poder seguir dimensionando el negocio”.
Mestrelab, entre cuyos clientes figuran algunas de las mejores universidades del mundo, grandes laboratorios farmacéuticos y multinacionales, se dedica al procesado y análisis de datos que salen de instrumentación de laboratorio, con aplicaciones sobre todo en la industria biofarmacéutica y también en industria química. “Lo que ofrecemos son herramientas que contribuyen al desarrollo de fármacos o de nuevos materiales”, explica el también cofundador de la firma. Se dirigen, prosigue, a un mercado muy global, pues el 97% de sus ventas están fuera de España. Sus principales mercados, entre los más de 80 que alcanzan, son la Unión Europea, Estados Unidos, China y Japón. Y no llegan a más sitios “porque las técnicas de laboratorio a las que damos soporte son muy avanzadas y no todos los países las utilizan”.
“En los últimos años estamos moviendo nuestro esfuerzo hacia la automatización de procesos de análisis de datos de laboratorio y la automatización un poco acelerada por la Inteligencia Artificial. En base a eso surge la iniciativa del centro de investigación que estamos montando en Santiago, en un antiguo taller de camiones”. Ese edificio, desgrana, tiene importantes ventajas, como su cercanía con el Campus Vida de la Universidad compostelana, a menos de 200 metros del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) y del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS), “muy representativos de cual es nuestro cliente final, que es el científico que investiga en estos campos”.
El edificio aumentará significativamente el departamento de I+D, un hito extremadamente importante para la competitividad, pues se trata de un mercado muy técnico “en el que tienes que seguir investigando y desarrollando a mucha velocidad porque es una carrera tecnológica con nuestros competidores”, analiza el CEO y cofundador de una compañía que a pesar de haber conquistado medio mundo, sigue volcada con Santiago para su desarrollo de futuro.
“Apostamos por Galicia a tope”, subraya Domínguez. En esta línea, fue muy bien recibida la noticia de que la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (Aesia) se vaya a ubicar en A Coruña, puesto que dará más impulso a la empresa y facilitará el acceso a los especialistas que requieren para seguir creciendo, especialmente doctores en Química y en Física, con especialidades en procesado y análisis de señal y también perfiles tanto de Matemáticas y de informática con especialización en Inteligencia Artificial, en sistemas expertos, apoyo a la toma de decisiones y también doctores en Bioquímica o Biología. “La mayor parte de nuestro desarrollo se hace en Galicia y donde vamos a crecer es ahí”, enfatiza.
A mayores, la compañía fundada en 2004 como una spin-off de la USC, con apenas 3.000 euros y tres empleados mantiene una alianza con Bruker, que cotiza en el índice bursátil de Estados Unidos Nasdaq y es socia del capital de Mestrelab, junto a los fundadores. Un movimiento mediante el cual la enseña está atrayendo a Galicia parte de la investigación de I+D de la multinacional suiza-americana. “Parte de lo que planteamos en nuestro proyecto es ir trayendo la I+D de software a Compostela, un lugar que tiene una muy buena combinación de talento, calidad de vida y competitividad”.
Sobre la captación de talento, subraya que durante los últimos 20 años las universidades gallegas dieron un paso adelante. “Se forman muy buenos investigadores, que hasta hace muy poco tenían como principal salida que tenían era salir de la comunidad”, recuerda Domínguez. “Nosotros creemos que Galicia, como ecosistema, sí nos aporta esos perfiles que necesitamos y el objetivo es que tengan alternativas viables y competitivas internacionalmente en Santiago”. Igualmente, Mestrelab trabaja también en repatriar investigadores que se tuvieron que ir del país en busca de oportunidades, pero que están abiertos a regresar.
Con medio centenar de proyectos sobre la mesa, la empresa tiene puesto el foco ahora mismo en la automatización de procesos de laboratorio con aplicación transversal . “La aplicación final de nuestra tecnología es lo que nuestros clientes hacen con ella”, puntualiza su CEO. Hoy en día, indica, se está trabajando en el desarrollo de inmunoterapias, en el desarrollo de terapias basadas en anticuerpos monoclonales, un nuevo tipo de fármaco que tiene un perfil más interesante en cuanto a efectividad y selectividad y también en desarrollar terapias génicas y en todo lo que tiene que ver con el RNA mensajero que tiene aplicaciones en oncología, en cardiología, en enfermedades neurodegenerativas, “que son los problemas fundamentales que tenemos como sociedad en cuanto a enfermedades”.
Noticia Original: Mestrelab doblará su tamaño contratando hasta 250 investigadores en cinco años, El Correo Gallego (05-06-2023), Roi Rodríguez
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