La guía presentada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destaca a la biotecnología y a la revolución derivada de sus innovaciones como fundamentales para el futuro de la Unión Europea.

El pasado 18 de julio de 2024, la presidenta de la Comisión EuropeaUrsula von der Leyen, elegida para un segundo mandato en las elecciones celebradas entre los días 6 y 9 de junio, presentó sus orientaciones políticas para la próxima Comisión Europea 2024-2029.

Estas orientaciones políticas que marcan el devenir del viejo continente se enmarcan en un contexto caracterizado por “cambios profundos que repercuten en nuestra sociedad y seguridad, nuestro planeta y nuestra economía”, tal y como ha expresado Von der Leyen. “Los próximos cinco años definirán la posición que Europa ocupará en el mundo durante las próximas cinco décadas. Determinarán si construimos nuestro propio futuro o si dejamos que lo configuren los acontecimientos o los demás”, ha advertido.

En este sentido alude a los “peligros de la dependencia o de la fragilidad de las cadenas de suministro”, vividos ante acontecimientos recientes como la pandemia de Covid-19, el monopolio de China sobre materias primas esenciales como los chips o las baterías, o lo que define como el “chantaje energético de Putin”. “Europa no puede permitirse quedarse atrás y perder su ventaja competitiva en esta carrera, ni presentar ningún flanco débil”, asevera.

En esta línea la presidenta de la Comisión Europea alude directamente a la biotecnología como una de las claves para garantizar la autonomía estratégica de la Unión Europea, así como uno de los motores de impulso para el futuro de Europa. “Quiero que Europa aproveche al máximo la revolución biotecnológica”, expresa en el referido documento. En este incide en que las biotecnologías, apoyadas por la inteligencia artificial y las herramientas digitales, pueden ayudar a modernizar por completo sectores como la agricultura y la silvicultura, la energía o la salud.

La apuesta que de la biotecnología se hace desde este documento se refleja en la propuesta que recoge de una nueva Ley Europea de Biotecnología en 2025, con el fin de facilitar la transición de la biotecnología del laboratorio a la fábrica y su posterior comercialización. Esta ley formará parte de una Estrategia Europea para las Ciencias de la Vida más amplia con el objetivo de estudiar cómo podemos apoyar nuestras transiciones ecológica y digital y desarrollar tecnologías de alto valor.

Frente a la meta de liderar la innovación, el documento expresa la necesidad de crear las condiciones que permitan a los investigadores prosperar. Un objetivo que requiere proporcionar la infraestructura y los laboratorios innovadores que necesitan para probar y desarrollar ideas, a través de nuevas asociaciones público-privadas, como las empresas comunes. Para ello el talento es fundamental y se trabajará no sólo para atraer nuevos talentos, sino para lograr que “las mejores y más brillantes mentes se queden en Europa”, mediante el refuerzo entre los departamentos de investigación, la educación superior y las empresas, con un particular refuerzo de las alianzas con las universidades. En esta línea se anuncia la expansión del Consejo Europeo de Investigación y del Consejo Europeo de Innovación.

En términos de inversión la Comisión Europea quiere realizar un gran impulso mediante el desbloqueo de la financiación necesaria para las transiciones ecológica, digital y social. Entre las propuestas recogidas en el documento destaca la presentación de un nuevo Fondo Europeo de Competitividad como parte de la propuesta de la Comisión Europea de un presupuesto nuevo y reforzado en el próximo marco financiero plurianual.

Este instrumento permitirá invertir en tecnologías estratégicas como la biotecnología, la inteligencia artificial, la industria espacial, o las tecnologías limpias, para garantizar el desarrollo de tecnologías estratégicas, así como la fabricación de estas en Europa. Además, permitirá también aprovechar el potencial del presupuesto para impulsar y reducir los riesgos de la inversión privada en los objetivos comunes.

“En mi opinión, los mayores retos de nuestra era, desde las cuestiones de seguridad hasta el cambio climático y la competitividad, solo pueden resolverse mediante la acción conjunta. Las amenazas a las que nos enfrentamos son demasiado grandes como para abordarlas individualmente. Las oportunidades que se nos presentan son demasiado grandes como para aprovecharlas por separado”, alerta en su discurso la presidenta del Parlamento Europeo. La biotecnología juega un papel crucial en este horizonte y su posición trascendental para la consecución de la autonomía estratégica es firme como demuestra su presencia no sólo en estas orientaciones políticas comunitarias, sino también recientemente en la Agenda Estratégica 2024-2029 del Consejo Europeo.

Noticia original: La biotecnología ocupa un papel destacado en las orientaciones políticas para la próxima Comisión Europea 2024-2029 – AseBio (19/07/2024).

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