La empresa gallega Batea Oncology desarrolla un tratamiento pionero para tratar el glioblastoma, un cáncer cerebral para el que apenas hay opciones terapéuticas y con una baja supervivencia.

Las bateas que flotan en las rías gallegas sirven de nido para los mejillones tan característicos de su gastronomía, y también dan nombre a una empresa de reciente creación pero que lleva años trabajando para desarrollar un tratamiento pionero para tratar el glioblastoma, un cáncer cerebral con muy pocas opciones terapéuticas. «Visualizamos GlioHook y su efecto sobre las células tumorales como las bateas a las que se anclan los mejillones», describe Sonia Martínez para explicar el funcionamiento del dispositivo médico que ha desarrollado Batea Oncology, la empresa que fundó junto con Alba Ferreirós, Miguel Abal, Jorge Barbazán, Eladio Crego, Lorena Alonso y Rafael López.

Su origen está en otra empresa también con nombre marisquero, Nasasbiotech, nacida para poner en práctica los resultados de las investigaciones llevadas a cabo entre el Hospital Clínico Universitario y el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela, en el grupo de Oncología Médica Traslacional, Oncomet, dirigido por los doctores Rafael López y Miguel Abal; a finales del 2023 surgió la idea de constituir una empresa independiente para centrarse en el desarrollo de la tecnología para su aplicación en el glioblastoma.

Los tratamientos actuales para este tipo de cáncer combinan cirugía con radio y quimioterapia; sin embargo, debido a la delicadeza del cerebro, las operaciones no pueden ser muy agresivas y siempre quedan células tumorales residuales, que acaban creciendo y dando lugar a recaídas. «La tecnología que hemos desarrollado está dirigida precisamente a estas células residuales, con el objetivo de mantenerlas controladas y limitar así la reaparición del tumor», explica la consejera delegada de Batea Oncology. GlioHook es un dispositivo compuesto por un biomaterial sintético, que se implanta en el momento de la cirugía en contacto con las células tumorales residuales: «Por una parte, focaliza esas células en un lugar controlado, ya que prefieren concentrase en el dispositivo antes que infiltrar el cerebro sano, y, por otra parte, las hace más sensibles a la radioterapia», explica Martínez, y añade que ya han probado en modelos animales con la enfermedad, en los que se consiguió alargar la supervivencia un 50 % más.

Este dispositivo médico supone un cambio radical en el tratamiento de estos tumores cerebrales porque actúa puramente a través de un mecanismo físico y no de uno farmacológico, lo que reduce mucho los riesgos de toxicidad: «Este mecanismo de acción supone una clara novedad en el campo de la oncología», destacan desde la compañía.

El objetivo a corto plazo de esta empresa biotecnológica es demostrar la eficacia en pacientes de este proyecto. Para ello, deben completar una serie de pruebas que garanticen la seguridad de los enfermos, que es en lo que está trabajando en estos momentos. Una vez finalice este proceso, que se conoce como investigación preclínica regulatoria, iniciarán el ensayo clínico de fase I en tres hospitales españoles con los que ya han contactado, entre ellos el hospital de Santiago.

Hasta la fecha, han invertido más de un millón de euros, «y estimamos que necesitaremos otros tres millones para poder completar el ensayo de fase I, que podría estar finalizada en el 2028», explica Martínez. La siguiente fase supondría un segundo ensayo clínico con un número más elevado de pacientes, lo que se alargaría hasta una fecha estimada de aprobación alrededor del 2031: «Es un proceso largo y muy caro, porque evidentemente debe ser muy garantista con los pacientes», subraya Martínez.

Batea Oncology es una empresa cien por cien gallega; entre sus fundadores está el propio equipo de investigación que ha desarrollado la tecnología, entre ellos Rafael López y Miguel Abal, pero también Jorge Barbazán, que es el director científico de la empresa; y las investigadoras Lorena Alonso y Alba Ferreirós. Finalmente, los dos perfiles que lo completan son Eladio Crego, y Sonia Martínez Arca, expertos en gestión de startups. Todos ellos cuentan con una amplia experiencia en investigación biomédica, innovación y emprendimiento en Galicia. La empresa es socia del Clúster Tecnolóxico Empresarial das Ciencias da Vida (Bioga), que representa al ecosistema biotecnológico de Galicia, con más de 160 empresas que facturan más de 1.500 millones de euros y emplean a 6.000 personas.

Noticia original: Tecnología que atrapa células tumorales – lavozdegalicia.es (08/09/2024).

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