La compañía con sede en Touro, en A Coruña, ha pasado de ser una ‘spin-off’ a liderar el mercado europeo en síntesis química. Ayuda a desarrollar fármacos y tratamientos contra el cáncer.

Fuera de Galicia, la localidad de Touro, en pleno rural coruñés, quizá sea poco conocida para el gran público. Pero las principales firmas farmacéuticas y biotecnológicas del país, además de importantes compañías y centros de investigación internacionales, saben bien dónde se localiza gracias a GalChimia, compañía de capital íntegramente gallego que las nutre con su I+D.

El proceso de descubrimiento de fármacos es largo, «unos 14 años de media», concreta la cofundadora y CEO, Carme Pampín. Hasta obtener un medicamento efectivo y seguro, puede ser necesario evaluar más de 10.000 moléculas, con un coste asociado de millones de euros. GalChimia participa principalmente en estas primeras etapas de desarrollo, cuando se hace necesario preparar familias enteras de compuestos para estudiar sus propiedades biológicas y alcanzar el efecto terapéutico deseado.

«Aplicamos nuestra experiencia en química orgánica para sintetizar moléculas altamente complejas y con potencial para generar propiedad intelectual para nuestros clientes. Se trata de compuestos químicos que no existen todavía, y nuestros químicos tienen que pensar, desarrollar y probar diferentes maneras de llegar a ello en el menor tiempo posible», explica Pampín.

GalChimia aporta de media 1.500 nuevas entidades químicas (NCE, por sus siglas en inglés) al año a diferentes programas de descubrimiento, de las cuales solo unas pocas (menos del 0,01%) llegarán a ser candidatas a ensayos clínicos. «Con todo -recalca la CEO-, podemos afirmar que hemos participado activamente en el desarrollo de una docena de candidatos que han llegado a fases clínicas», aunque los acuerdos de confidencialidad no le permiten concretar más.

Crecimiento sostenible

Sí que pueden destacar sus programas propios de descubrimiento, como el desarrollo de un fármaco candidato para el cáncer de colon. A través de las ayudas de la Xunta, la compañía llevó a cabo tres proyectos consecutivos (Oncogalfarma en 2014, Neogalfarm en 2016 e Io4colon en 2018) con los que cubrió todas las fases de descubrimiento en un programa de este cáncer.

Fundada en 2001, la biotecnológica gallega pasó en pocos años de ser una spin-off de la Universidad de Santiago (USC) a liderar el mercado europeo en síntesis química, con un negocio centrado en la I+D que ofrece servicios especializados y de alto valor añadido de química orgánica sintética. Tras permanecer casi dos décadas en los antiguos laboratorios de la mina de Río Tinto en O Pino (A Coruña), en 2020 se trasladó a unas instalaciones propias de nueva creación en el Parque Empresarial de Touro.

En 23 años, GalChimia ha crecido de forma sostenible, incorporando nuevos productos y servicios, aumentando su capacidad productiva con más centros de trabajo y con el aumento de la plantilla, que llega ya a las 50 personas (con más de un 50% de personal femenino), apostando por la innovación y la internacionalización. Desde su constitución, ha trabajado en más de 2.700 proyectos de química médica, síntesis a medida y desarrollo de procesos para más de 330 clientes repartidos en más de 35 países. Actualmente, su volumen de negocio supera los tres millones y en la última década la inversión en I+D+i se ha mantenido entre el 10% y el 20% de la facturación.

Su primer contrato de larga duración con un cliente internacional lo firmó en 2010 y dos años más tarde lanzó un plan de internacionalización basado en la diversificación de mercados geográficos, productos y sectores. Al mismo tiempo, la empresa crecía, aumentando su plantilla e instalaciones con un centro en Barcelona en 2018.

Un resultado medible es que, mientras tardaron casi una década en pasar de 100 a 200 clientes, el cliente número 300 se superó en tan solo dos años, algo posible gracias a su presencia en el mercado internacional. Hoy las ventas en el exterior superan el 75%, siendo el mercado europeo donde están más consolidados (Países Bajos, Francia, Suiza y Alemania). Aunque una tercera parte de sus clientes son de ámbito nacional, el groso de su facturación proviene del exterior.

GalChimia implementa una estrategia de I+D muy intensiva: ha participado en más de 16 proyectos colaborativos nacionales e internacionales. Actualmente está involucrada en dos proyectos europeos (Nucapcure y ECM-CART) para el desarrollo de nuevos tratamientos para glioblastoma multiforme (GBM), el cáncer cerebral más común en adultos. Este tipo de cáncer es de muy difícil acceso e incurable según los estándares de cuidado actuales, por lo que existe una gran necesidad de nuevas terapias alternativas. «En el proyecto Nucapcure trabajamos para desarrollar terapias de protones y neutrones con alta especificidad contra el cáncer mediante el secuestro de rutas biosintéticas intracelulares».

Trabajo interdisciplinar

Es un proyecto altamente interdisciplinar, con expertos en física de protones y neutrones, química sintética, fotoquímica, fotobiología, radiobiología, tecnología de reactores nucleares y aceleradores de partículas, física médica y radiooncología para sentar las bases de nuevas terapias dirigidas y curativas contra indicaciones de cáncer actualmente fatales como GBM. Empezó en febrero 2024 y abarcará cuatro años y medio. «Contamos con seis millones de financiación del Consejo Europeo de Innovación a través de la convocatoria Pathfinder Open, una de las más competitivas a nivel europeo», señala.

Por otro lado, llevan casi tres años colaborando con el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) y otros socios europeos en el proyecto ECM-CART del programa EuroNanoMed III. Es una aproximación original para el tratamiento de glioblastoma en la que la terapia CART es activada por elementos de nanomedicina, en este caso nanopartículas capaces de atravesar la barrera hematoencefálica. Cuentan con financiación nacional a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI).

Su tercer programa en oncología es Maoprost, una colaboración a nivel nacional con el grupo Biofarma de la USC, centrado en el desarrollo de un fármaco de precisión para el tratamiento de cáncer de próstata resistente a la terapia con andrógenos, y para el que reciben apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través de la Agencia Estatal de Investigación con fondos Next Generation.

GalChimia es una empresa con un modelo de negocio sólido, pero con muchas ganas y planes de crecimiento, expone su responsable: «Nuestro objetivo siempre va a ser mantenernos en la vanguardia de los avances científicos y trabajar para transformarlos en soluciones que tengan un impacto en la sociedad y nuestro entorno».

Noticia original: GalChimia, la firma gallega que nutre de I+D a las principales farmacéuticas | El Periódico de España


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